Los desastres sanitarios y ambientales son moneda corriente en los barrios más vulnerados y empobrecidos de la Ciudad de Córdoba producto de décadas de abandono propiciadas por los gobiernos de turno. El pasado mes de octubre se produjo un nuevo caso de desborde cloacal que reafirma una problemática permanente que afecta a diferentes sectores de la ciudad.
Los barrios Alberdi y Villa Páez de la Ciudad de Córdoba se encuentran afectados desde principios de octubre por un desborde cloacal que devino en emergencia ambiental, social y sanitaria con familias enteras afectadas por infecciones, evacuados y un alto impacto negativo en el ecosistema de la zona.
El desastre se produjo por la rotura de un ducto cloacal de 700 milímetros en la esquina de las calles Igualdad y Arturo Orgaz y se complejizó con el hallazgo de un taponamiento entre Igualdad y Silvestre Remonda. La Municipalidad decretó la emergencia por 60 días para toda el área afectada con posibilidad de extenderla de manera automática e inició obras encabezadas por distintas áreas del Centro de Operaciones de Emergencia (COE).
En las últimas semanas se detectaron cientos de casos de rinofaringitis y de gastroenteritis en habitantes de la zona, como así también se presentaron a consultas médicas personas afectadas por diferentes reacciones alérgicas. Lxs vecinxs alertaron sobre la aparición de un número exorbitante de peces muertos, principalmente bagres, en las orillas más cercanas del Río Suquía, que también luce contaminado por la presencia de residuos.
El Centro de Química Aplicada de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba tomó análisis bacteriológicos para dimensionar el alcance de la crisis: las muestras señalan que los indicadores de contaminación más elevados se dan entre el punto del vertido en avenida Costanera y Páez Molina y el puente Santa Fe. La zona crítica estaría conformada por poco más de tres kilómetros sobre el cauce del río, atravesando la Isla de los Patos.
“Venimos planteando desde hace años la situación anacrónica de los servicios de la red de cloacas como así también el de los desagües pluviales y la reiteración de microbasurales”, sostuvieron en un comunicado los centros vecinales de Villa Páez, Alberdi y Alto Alberdi. Precisamente en 2020, los sectores involucrados habían solicitado ser incorporados al proceso de remediación que comenzó a tratar el pasivo ambiental de la laguna de desechos y líquidos cloacales en el predio de la ex-Cervecería Córdoba.
Denuncias cruzadas
En el tramo judicial, la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba a través del Instituto de Protección Ambiental y Animal denunció ante la Justicia Penal la rotura de caños cloacales que generaron el desborde. El Municipio afirma que el desastre se produjo por una intervención de terceros que no fue declarada y por lo tanto no tenía habilitación. En ese marco, las dos principales empresas de servicios públicos que intervienen con cortes y roturas de veredas o calles por obras, Aguas Cordobesas y EPEC, negaron tener que ver con el incidente.
Por su parte, Soledad Díaz García y Cintia Frencia del Frente de Izquierda de los Trabajadores realizaron una presentación penal contra el titular del Ejecutivo municipal, Martín Llaryora, responsabilizándolo del desastre. En la presentación, señalaron que el cuadro representa “un verdadero atentado contra la salud pública en favor de los especuladores inmobiliarios” y solicitaron que se investigue la presunta comisión de delitos.
Peligros inminentes
Los puntos cloacales críticos en la ciudad son numerosos: además de Alberdi y Villa Páez, pueden destacarse los casos de Barrio La Esperanza, Villa Boedo, Barrio Avellaneda, Barrio San Roque, Barrio Lamadrid, Barrio Los Granados, Barrio San Martín, Barrio Zumarán, Barrio Manantiales, Barrio Cabildo, Villa El Libertador, entre otros. Los desbordes se producen en su mayoría a partir de la desembocadura de las aguas servidas de varios barrios en una sola boca y por la falta de mantenimiento y tratamiento de las plantas.
Aunque sin dudas, uno de los casos más emblemáticos es Villa El Libertador, cuyos vecinxs sostienen desde hace más de tres décadas un reclamo por la carencia de cloacas que recién empezó a ser escuchado por las autoridades municipales y provinciales tras diversas catástrofes. La necesidad de obras es urgente y la reparación histórica se presenta como necesaria para estos barrios que se enfrentan al oportunismo, la vulneración de sus derechos y el abandono institucional.
Foto de portada: Ezequiel Luque, La tinta.