El Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad (OTES) sostiene que el crecimiento de la pobreza y el desempleo en la Provincia están relacionadas a un modelo de desarrollo que potencia la producción primaria.
Por Observatorio de Trabajo, Economía y Sociedad para La tinta
La recta final de las elecciones de medio término encontró a un gobernador Juan Schiaretti abanderado de las demandas del sector agropecuario; la eliminación y reducción de retenciones vía anticipo de ganancias es una de las principales propuestas de la campaña del oficialismo cordobés. Mientras tanto, según los últimos datos disponibles de INDEC, el 46% de la población cordobesa presenta ingresos por debajo de la línea de la pobreza y el desempleo alcanza a más del 12% de los y las trabajadoras; ambos indicadores muy por encima del promedio nacional. El informe presentado recientemente por OTES encuentra coherencia entre las políticas de Estado encarnadas por Hacemos por Córdoba y el malestar social que alcanza niveles récord de los últimos años.
En la última década, la provincia transitó una transformación productiva en donde primó la producción agropecuaria por sobre el resto de las actividades; desplazando a la industria manufacturera como el principal sector de generación de valor. Esta conversión de la matriz productiva viene siendo apuntalada y sostenida por variadas políticas provinciales.
La reciente creación del Fideicomiso para el Desarrollo Agropecuario es una prueba de esto. El fideicomiso constituido en 2019 se financia a través del impuesto inmobiliario rural y, en 2021, dicho fondo cuenta con un total de recursos estimado en 3 mil millones de pesos. El fideicomiso busca devolver con obras para el sector la recaudación inmobiliaria rural. Si a esto le sumamos otros mil millones presupuestados por distintos programas de fomento al sector agropecuario, tenemos que la cantidad de recursos que la provincia destina es dos veces superior al presupuesto para los programas de empleo y diez veces superior al de los programas de fomento de la industria.
El trabajo de OTES remarca que el sector privilegiado por el gobierno de Schiaretti es, a la vez, el que presenta salarios más bajos y con menor capacidad de generación de empleo. Las cifras que presenta el sector tanto en empleo como en salarios son similares a los de la construcción, a pesar de que el valor de la producción de las actividades agropecuarias es 4 veces mayor. Si comparamos con la industria, a similar valor producido, la industria emplea 4 veces más personal y presenta salarios promedios 50% mayores.
Esto nos da una pauta sobre la poca capacidad distributiva que presenta el sector agropecuario. Según los datos procesados por OTES, provenientes de INDEC, la participación del salario en el sector agropecuario en la producción es la más baja de la economía nacional. Si bien todos los sectores exhiben una caída pronunciada desde el año 2016, el sector agropecuario se destaca por ser el que menos “gasta” en salarios; tan solo el 9% del valor agregado se destina a remuneraciones. Por su parte, la industria manufacturera, en franco descenso, pasó del 45% al 28%, mientras que la construcción fue del 47% en 2016 a 40% en 2021. Se estima, entonces, que el impacto de la transformación productiva de la provincia profundiza el escenario adverso que se presenta para los y las trabajadoras.
Es así que quedan aquí expuestas algunas pistas sobre las razones que hacen que la pobreza y el desempleo en la provincia sean superiores al promedio nacional. Bajo un modelo basado en sectores de baja generación de empleo y de remuneraciones mínimas, los resultados en materia social no deberían sorprender.
El informe de OTES concluye con una serie de preguntas que llaman a la reflexión:
¿Es entonces una profundización de este modelo productivo la solución?
¿Es defender la rentabilidad del sector agropecuario, vía eliminación de retenciones y otros impuestos, el sinónimo de progreso en la provincia?